sábado, 29 de marzo de 2014

Ingratitud




 "Nadie es tan pobre que no pueda dar algo, ni tan rico que no necesite nada". 


La gratitud es una actitud conciente de reconocimiento y aprecio por algo recibido, es la madre de las virtudes, puede ser por un regalo o por una ganancia, emocional, espiritual o material.
Es una acción que permite la buena relación con nuestros semejantes y donde no existe el egoísmo.
Pero también existe la ingratitud, esa actitud comparativa, negativa,  de  complejo de inferioridad o de creer que el otro está en deuda siempre con nosotros. Los conflictos internos y  el narcisismo  también es parte de la ingratitud.
Se ve en aquellas personas que no reconocen favores, o que en toda situación buscan de sacar ventajas para beneficio propio, aquellos que no hacen nada por conseguir lo que desean, solo esperan que todo les llueva de arriba, el esfuerzo o sacrificio no son acciones que practiquen, por lo tanto   se sienten vacías y quejosas.
Somos seres que vivimos en comunidad, y necesitamos la ayuda del otro  para crecer, formarnos, aprender, vivir e interactuar , ofreciendo también nuestra ayuda.
Debemos ser agradecidos a todos aquellos que han pasado por nuestras vidas, padres, maestros, amigos, familia y que de alguna manera han dejado sus enseñanzas, equivocados o no, y que siempre estarán relacionados con nuestro presente y con lo que somos.
Apreciar todo lo que se me da y no lo que se me debe dar, es un noble sentimiento, es reconocer y agradecer todo lo que la vida nos ofrece día a día.

Agradecer, verbo a veces olvidado junto con respetar, comprender ó ayudar, debería ser conjugado diariamente. Sería una buena manera de pasar por esta vida tan larga y tan corta, tan loca y tan cuerda, tan difícil y tan maravillosa. Enrique Pinti

6 comentarios:

María dijo...

Agradecer a los demás y también a la misma vida por estar presentes saboreando cada instante.

Me alegró volver a verte.

Un beso.

Norma2 dijo...

Lo que has escrito me ha hecho pensar en quienes le debo mi agradecimiento por ser como soy y ahora me doy cuenta que son muchos, muchos...
Besos
http://siempreseraprimavera.blogspot.com.ar/2014/03/en-reposteria-hay-que-pesar-los.html

Unknown dijo...

Agradecimiento a los que nos dieron la vida, a los que nos regalaron su amistad sin pedir nada a cambio, agradecimiento a poder ver, oír y sentir todo lo que nos rodea, gracias a la vida misma.

Besos,

Maria Eugenia Aurensanz - Spiral Áurea dijo...

Hola, Mabel

Me ha encantado tu entrada.

Reconozco que a veces soy una pesada porque me paso el día dando las gracias a todos por todo. No puedo evitarlo y me siento rara cuando no lo hago.

Vivimos tan inmersos en nosotros mismos, que nos olvidamos del esfuerzo, de la generosidad de los demás, de la naturaleza y del universo.

Mil gracias por recordarnos el valor del agradecimiento y gratitud.

Besotes.

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Hola Mabel, un buen post.
Cuando era niña mi madre me ponía en la mano dos reales para que se lo diera a un pobre que estaba sentado en las escaleras del metro y me hacía besar la moneda por las dos caras antes de dársela, porque decía que así Dios multiplicaría los bienes del pobre.
Bien, se la di y empezó a insultarnos porque era poco a lo que yo le dije a mi madre, que ese señor no era pobre. Mamá se sorprendió y me preguntó porque le decía que no era pobre a lo que le respondí:
Mami, los pobres son agradecidos, pero si no tienen humildad nunca sabrán agradecer. Mi madre me abrazó y me dijo de dónde lo había aprendido y le dije, que una voz que salia de mi pecho me lo decía.
Ella, amorosamente me dijo que era el Espíritu Santo quien me lo decía y que ella no podría explicármelo mejor que él.Acabamos la conversación cuando me dijo: No se lo digas a nadie y escuchalo siempre, es tu amigo.
Sin más le dejo mi ternura
Sor.Cecilia

Norma dijo...

Excelente y muy cierto, pienso igual, gracias por publicar. Besos y abrazos.