El Rincón de la Nostalgia - Ayer y Hoy

Ordenando cajones encontré notas, cartas, tarjetas de cumpleaños,   invitaciones de bodas, bautismos, cartitas y notas de mis hijos cuando eran pequeños, todo en hermosos y coloridos papeles,  con bellas imágenes , recuerdos  de fechas especiales  de nuestros afectos que  con mensajes ,  saludaban, invitaban o simplemente daban de recuerdo .
Una costumbre que si bien no se ha perdido totalmente, la tecnología en gran parte la ha reemplazado, ya no es el cartero quien las trae .ahora es Internet quien se encarga en minutos de hacerte llegar la invitación.
Dibujitos y mensajes  de nuestros niños, que pegábamos en la puerta de la heladera, cartitas y mensajes  que dejábamos en el botiquín del baño, en la mesa del living, o en la almohada y que ahora simplemente se hace por  celular o por internet,  siendo todo  más rápido, más fácil.

Tal vez no se llenarán los cajones con  tantos papeles y recuerdos, pero es incomparable recibir un mensaje   manuscrito en un papel que puedes ver tanta veces quieras con solo abrir el cajón y que te transportará en tiempo y lugar a hechos inmemorables a lo largo de tu vida. 
Pero la tecnología nos invade, y no podemos quedarnos en el tiempo.La comunicaciones ya no son las mismas.
Toda generación evoca el ayer con mucha nostalgia, todo tiempo pasado fue mejor dicen nuestros padres y abuelos, pero es parte del progreso mismo aceptar los adelantos y los nuevos descubrimientos que hará nuestra vida más fácil..o más complicada para algunos. 
Todo cambio no siempre es bienvenido, no siempre gusta a todos o  es práctico , a muchos les cuesta adaptarse, a veces por costumbre, comodidad o apego. 

 El pasado 8 de Marzo, Dia Internacional de la Mujer me encontré este mensaje en el botiquín del baño escrito simplemente en un papel servilleta. En internet no habrá nada que lo supere.
Las costumbres siguen, pero el modo de realizarlas cambia, y cuesta adaptarse, el avance tecnológico no debe impedirnos a la hora de comunicarnos, utilizar viejas costumbres, más cálidas, más sensibles, más humanas.
Todo lo que hay en ese cajón seguirá estando allí , porque no solo es un hermoso recuerdo para mí, sino también para mis chicos, ya hombres, que en días fríos y de lluvia cuando  me visitan, se entretienen y ríen revisando cajones para reencontrarse con todo aquello que les hace recordar su infancia o su juventud...