miércoles, 7 de abril de 2010

Los hijos se van..

Recuerdo un par de meses después que nació mi primer hijo, decidí hacer un tiempo yoga. Tuve la suerte de tener un gran maestro , y siempre comenzábamos las clases con una reflexión que de alguna manera él tiraba, para luego al final de la clase hablar sobre ella. Y  un día él dijo ... " los hijos no son tus hijos, son hijos de la vida"... me enfurecí  tanto, me dije quien es este tío para decirme a mí semejante cosa, le dije enojadísima: que sabía él de tener un hijo, que yo siendo madre no me podía hablar así y no paraba de decir cosas, él muy educado dejó que yo me despachara mientras el resto trataba de calmarme. Por supuesto que la clase de ejercicios no se hizo, hablábamos y hablábamos y no lográbamos entendernos, pero de todas maneras llegamos a un acuerdo, no hablar más del tema y seguir con las clases. Pasó el tiempo y un día me lo encuentro en la calle y al verlo me vino a la mente aquella conversación, y al toque de saludarlo y abrazarlo le dije, amigo cuanta razón tenías. Habían pasado ya más de 20 años y hoy lo que pienso y creo  lo comparto con Uds, a través de este texto  anónimo que encontré en la red y con el cual coincido totalmente.

Los hijos se van
Hay que aceptarlos con esa condición, hay que criarlos con esa idea, hay que asumir esa realidad.
No es que se van...es que la vida se los lleva.
Ya no eres su centro
Ya no eres propietario, eres consejero.
No diriges, aceptas. No mandas, acompañas.
No proyectas, respetas.
Ya necesitan otro amor, otro nido y otras perspectivas.
Ya les crecieron alas y quieren volar.
Ya les crecieron las raíces y maduraron por dentro.
Ya les pasó las borrascas de la adolescencia y tomaron el timón.
Ya miraron de frente la vida y sintieron el llamado, para vivirla por su cuenta.
Ya saben que son capaces de las mayores aventuras, y de la más completa realización.
Ya buscarán un amor, que los respete, que quiera compartir sin temores ni angustias las altas y las bajas en el camino, que les endulce el recorrido y los ayude en el fin que quieren conseguir.
Ya nos les cabe las raíces en tu maceta, ni les basta tu abono para nutrirse, ni tu agua para saciarse, ni tu protección para vivir. Quieren crecer en otra dimensión, desarrollar su personalidad, enfrentar el viento de la vida, el asombro del amor y al rendimiento de sus facultades.
Tienen un camino y quieren explorarlo, lo importante es que sepan desandarlo, tienen alas y quieren abrirlas. Lo importante es el corazón sensible, la libertad asumida y la pasión a flor de piel.
Que la rienda sea con responsabilidad, y la formación llena de luz
Tú quedas adentro. En el cimiento de su edificio, en la raíz de su árbol, en la corteza de su estructura, en lo profundo de su corazón.
Tú quedas atrás...
En la estela luminosa que deja el barco al partir.
En el beso que le mandas.
En el pañuelo que los despide.
En la oración que los sigue.
¡En la lágrima que los acompaña!
Tú quedas siempre en su interior aunque cambies de lugar.
Autor desconocido 
Mabel

3 comentarios:

Patricia dijo...

qué entrada maravillosa Mabel, qué bueno pasar por aquí!
un abrazo.

MA dijo...

Cuantas verdades amiga, encierran esta palabras escritas , muy hermoso post .
Las madres tenemos que aceptar que los hijos son de la vida , la vida nos los regala y la vida se los lleva para vivir su vida .

Besos de MA .

Mabel dijo...

Patricia; Gracias por tus palabras, Bienvenida a mi rincón. Ya me di una vueltita por tu espacio y he quedado maravillada, me pondré al día de a poquito.
Esta es tu casa.
Un abrazo.

Querida Ma: Si, es así creo yo, lo esencial es el vínculo que uno tiene con los hijos, y de esta manera acompañarnos mutuamente.
Gracias por estar
Un Beso.